Mejor el dragón que mamá, el grifo que papá, la bicha que la yaya…y así hasta cinco generaciones anteriores a la mía. Tantos monstruos medievales habían en aquella vetusta y derruida, preciosa y espléndida iglesia románica... No parecía gran cosa al estar casi engullida por un follaje espeso. De repente, pocos pasos antes, mi padre me dijo: “cierra los ojos”. Y cuando los abrí, aparecieron ellos, majestuosos ante mi mirada, con sus muecas grotescas, casi de máscaras griegas. Aquel día algo cambió en mí. Supe que aquel era mi sitio. ¿Por qué? es difícil de decir. Un ermitaño no siempre atiende a razones.

Recojo aquí algunas de las frases de Luís Rojas Marcos: http://www.luisrojasmarcos.com/bio.htm, psicólogo español afincado en EE.UU. Recientemente leí una entrevista que me pareció muy interesante, por lo que trascribo aquí alguna de sus frases. Como todas las frases sacadas fuera de contexto, pueden ser mal interpretadas, pero aún así las pongo:
- Hay algo aún más importante que el trabajo o la fuerza de voluntad para conseguir el éxito: ser buena persona.
Hay una pregunta que la trascribo entera:
P. Usted corre la maratón de Nueva York desde hace 15 años. Dicen que esa prueba es toda una experiencia vital, se considera una metáfora de la vida, con sufrimiento, superación y belleza. ¿Es necesario saber sufrir para estar satisfecho?
R. En el sistema psiquiátrico, comparando la salud mental entre quienes corremos la maratón y quienes no, resultó que nosotros somos mucho más neuróticos, tenemos más conflictos emocionales y ansiedades. De modo que sí, quizá tenemos la necesidad de sufrir para sentirnos mejor [ríe]. Pero, en cualquier caso, creo que es necesario aprender a entender el sufrimiento como parte de la vida, así aprendemos a adaptarnos mejor a los cambios, a superarlos con menos impacto. Sin embargo, considero mucho más importante que aprendamos a adaptarnos a lo bueno que a lo malo.

Goya

Se está exponiendo en el Museo del Prado una colección de Goya, considerado el primer artista contemporáneo por varias cosas:

1.- Supo adaptar su obra a las circunstancias: comenzó, como cualquier artista de la época, pintando por encargos de la gente adinerada. Primero por los de su tierra, Aragón, luego como pintor de corte, pintando a la familia real. En 1808 comienza la "guerra del francés", tras la ocupación de los franceses del territorio español (la guerra en sí no fue tal, no hubo bien bien una declaración: francia, gobernada por Napoleón, era aliada de España contra Inglaterra y Portugal. España dejó que entraran las tropas francesas y que ocuparan Portugal, pero se quedaron al olor de la paella y las bellas mujeres). Y esta guerra le hizo cambiar la temática. Fue el pintor que mejor pintó los estragos de la guerra. Sus dos cuadros más famosos son la del 2 de mayo y la de los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid. En ellos se aprecia toda la fuerza de la barbarie, toda la pena de la batalla, toda la inmundicia de la guerra. En el primero es una escena de batalla, con los mamelucos o guerreros árabes franceses a caballo mientras el populacho está luchando a pie descalzo; en el segundo es un fusilamiento a bocajarro. Se cae el alma al suelo el ver la cara de los que están a punto de morir, su mirada, y la cara de los recién muertos. Es expresiva también los ademanes de los que se tapan la cara. Y luego dibujó cuadros pequeños, a lápiz, más desgarradores aún. A esta temática de la guerra, Goya también abordó algunos temas cotidianos, y eso era también un tema relativamente novedoso, ya que toda la tradición pictórica anterior era prácticamente religiosa.

2.- A nivel pictórico, pasa de la tradición pictórica del retrato a ser uno de los precursores del impresionismo, el movimiento pictórico nacido en francia y que seguro que te suenan algunos de los pintores: van gogh, pisarro, toulouse lautrec. En muchos de sus cuadros, utiliza la tecnica de la impresión, es decir, no realizar trazos limpios sino a pinceladas, sobre todo las caras, porque lo que quería Goya era que nos fijaramos más en la escena que no en las caras.

3.- Las contradicciones: Es curiosa una obra, "el entierro de la sardina", en la que aparentemente es una fiesta del fin de carnaval, pero que en realidad es el preludio de un asesinato de dos mujeres en teoría infieles en manos de sus maridos (tan tristemente actual hoy día).

Humo

Ley de murphy o lo que en castizo es casualidades de la vida

“Aquel niño era yo”. Esa frase provocó en mi mente una sucesión vertiginosa de imágenes ocre, trasportándome al único momento en que mi vida tuvo algo de sentido. Me ví suspendido en el aire sólo sujetado por una manita que hacía un esfuerzo sobrehumano para salvarme del precipicio. Casi resbalaba, hasta que su postrero golpe de riñón me salvó. Me desmayé. No volví a ver aquel niño de cara compungida, el único que alguna vez se desvivió por mí. Basé mi vida en buscarlo. Ahora que lo encuentro, vuelvo a desmayarme para no despertar jamás exhalando sólo una palabra: “gracias”.

Sorpresón

Relatito de la ser, donde se aprecia el gran trabajo lingüístico del autor, que conjuga perfectamente acción y omisión y coloca el relato de forma precisa y preciosa en un espacio sociocultural y temporal fácilmente palpable para la visión del lector (comentario que realizaría alguno de los jueces de la cadena ser, donde se dicen muchas cosas inconexas que no significan nada, y que, por supuesto, no diría ninguna mentira, aunque tampoco ninguna verdad).

- Niño, tira pa’ Linares

- Pero mamá, ¿no íbamos para Málaga?¿Que hay en Linares?

- ¿Hay? No hijo, hubo

- ¿Hubo?¿Cuándo estuviste tú en Linares? Nunca me dijiste nada.

- Alguien maravilloso, una estación de tren, un encuentro en la puerta de la plaza de toros, un baile en la feria, un paseo bajo la luz de la luna, besos robados, caricias de terciopelo…amor.

- Pero papá, que yo sepa, nunca estuvo en Linares. ¿Qué quedó de todo aquello, mamá?

- No preguntes, hijo, no preguntes