domingo, 28 de febrero de 2010

Entonces es martes, seguro, por lógica. Así lo anunciaba los campos repletos de inertes cuerpos sudorosos, ríos de sangre y lanzas de pica reluciente. Para Hernán Cortés el martes era su “día de conversión”, aquel en el que los infieles se convertirían por las buenas o por las malas y tendrían que presentarse arrodillados frente a su Dios justo y poderoso. Qué lejos quedaba el día que me convencieron para embarcarme en lo que todos me aseguraron que sería “un nuevo mundo, una nueva vida”. Nunca pensé que sería el mismo mundo y la más terrible de las vidas.

martes, 23 de febrero de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

Cuando pienso mucho y todo pierde su sentido, entonces tengo que pensar aún más. No para encontrar un sentido a la vida, sino para llegar a la conclusión de que no tiene sentido buscar un sentido.