domingo, 17 de octubre de 2010

Rutinariamente, intercambio sus pulseras identificativas por otras limpias, les pongo pienso nuevo, agua fresca y a esperar a que salga la leche por las máquinas. Cada día lo mismo: pulseras, pienso, agua y leche de las vacas. De vez en cuando cambio el orden para que no sea tan monótono. Qué lento se pasa el tiempo, esperando que me lleguen las vacas, y pienso en el agua y en las pulseras.¡Será la leche!