
Hoy me ha conmovido mi amigo Jose (Simao para los amigos. Todos tenemos motes. El mío no lo digo, lo siento, licencia del autor jeje). Lo está pasando realmente mal: sus padres separados porque su padre era un crápula que dilapidó en fulanas la economía familiar, con los ahorros volados por el affaire Forum Filatélico, una hermana deficiente, y recientemente en paro (a él le "debo" mi última pulmonía, cuando me contaba esto último después de un partido de fútbito a las 11 de la noche). Pero hay veces que la suerte cae para el que más lo necesita, y así ha sido en este caso: le ha tocado en la lotería 125000 euros (o lo que es lo mismo, 25 kilos). Pagará la hipoteca, quitará la demanda que tenía puesto a su padre por no atender a su hermana y se recuperará un poco de la ansiedad y de los antidepresivos. Y aquí viene el detalle: Sin decirnos ni pío esta mañana nos da a mí y al Toni un sobre con 100 euros. Perplejidad al principio, y lágrimas y piel de gallina después. Un detalle que honra a una persona, un detalle que honra a un amigo y sobre todo un detalle por valorar una amistad.