jueves, 11 de septiembre de 2008

Tradiciones

Microrrelato para la cadena ser:

Cuando el alcalde se acercó al cañón, supimos que deberíamos convocar elecciones. Ese gesto inauguraba una sucesión de tradiciones. Con la parafernalia atávica que proporcionaba el cargo, pegó el edicto y con voz grave leyó la escueta frase: “toda persona mayor de dieciocho años votará al único candidato, al Sr. Zacarías, o sea, a mí”. Los ciudadanos veníamos escuchando esa frase desde tiempos inmemoriales. Los Zacarías ocupaban el cargo desde los albores de la historia. Aquellas elecciones eran la mayor aportación a la democracia en nuestra pequeña república bananera. Y ¡ay de aquél que dijera lo contrario!, porque entonces aparecía la tercera tradición, la del hombre bala.