sábado, 27 de octubre de 2007

Acojonao es poco

Llegó la hora: la preparación de casi 4 meses acaba en la maratón de mañana (desde las 9 hasta las buff).
Muchos me preguntan por qué la hago. Es difícil de explicar ni aún escribiendo un libro. Es una prueba durísima, donde pones el cuerpo al límite, pero sobre todo la mente. No hay una sola razón. Tal vez, como he dicho otras veces, el llevar todo al extremo haga que, cuando acabas, tengas una sensación de felicidad solamente superada por el nacimiento de un hijo o por una canasta de tu equipo de korfball.
Físicamente me encuentro bien y espero que las pequeñas molestias que tengo donde la espalda pierde el casto nombre (por llamarlo finamente, el cachete derecho. Sin risitas jeje) no me hagan desistir. Psíquicamente es más complicado: piensas en muchas, muchísimas cosas buenas, personas que me importan, imágenes, momentos, palabras,...en la vida; pero estos pensamientos han de ganarles al de la fatiga, al de "qué hago aquí", el de por qué no paro si me duele todo, en la familia del hombre del tiempo si hace un sol de justicia y él decía que iba a estar nublado, etc. El fatídico muro del km. 35 es más psíquico que físico, pero es eso, como si estuvieras escalando el Everest sin una gota de oxígeno. Una vez pasado, todo es más fácil: aunque vayas andando, ya llegas.

Se me ocurre una canción para esta perolata: Paciencia.
http://es.youtube.com/watch?v=JFhkhRZhDas

Pero también se me ocurre ésta:

http://es.youtube.com/watch?v=ayzhJKy8H_A

Hasta pronto!!!!!!!!!!!